sábado, 30 de abril de 2011

ARTRITIS REUMATOIDEA

La artritis reumatoidea es una enfermedad que afecta las articulaciones o coyunturas. Causa dolor, hinchazón y rigidez. Si una rodilla o mano tiene artritis reumatoide, usualmente la otra rodilla o mano también está afectada. Esta enfermedad ocurre a menudo en más de una articulación y puede afectar cualquiera de las articulaciones. Las personas con esta enfermedad pueden sentir malestar y cansancio, y a veces pueden tener fiebre.

Algunas personas tienen la enfermedad sólo por unos cuantos meses, o por uno o dos años. En los casos más graves, la enfermedad puede durar muchos años o toda la vida. Esta forma de la enfermedad puede causar daños graves a las articulaciones.



¿A quién le da artritis reumatoidea?

A cualquier persona le puede dar esta enfermedad, aunque ocurre con más frecuencia entre las mujeres. La artritis reumatoidea comienza a menudo durante la edad mediana y es más común entre las personas de mayor edad, aunque a los niños y jóvenes también les puede dar.

¿Qué causa la artritis reumatoidea?

Los médicos desconocen la causa exacta de la artritis reumatoidea. Se sabe que con este tipo de artritis, el sistema inmunitario ataca a los tejidos de su propio cuerpo. 
Algunos factores que podrían causar la artritis reumatoidea son:
  • Los genes (pasan de padres a hijos)
  • El medioambiente
  • Las hormonas.

¿Cómo se diagnostica la artritis reumatoidea?

 La artritis reumatoidea puede ser difícil de diagnosticar porque:
  • No existe una prueba específica para determinar la enfermedad
  • Los síntomas pueden ser iguales a los de otras enfermedades de las articulaciones
  • Puede tomar algún tiempo para que se presente el cuadro completo con todos los síntomas.
Para diagnosticar la artritis reumatoidea, los médicos tienen en cuenta la historia clínica, el examen físico, las radiografías y los análisis de laboratorio.

¿Cuál es el tratamiento para la artritis reumatoidea?

Los médicos tienen varias opciones para el tratamiento de esta enfermedad. Los objetivos del tratamiento son:
  • Eliminar el dolor
  • Reducir la hinchazón
  • Reducir o detener el daño a la articulación
  • Ayudar a las personas a sentirse mejor
  • Ayudar a las personas a mantenerse activas.

El tratamiento para la artritis reumatoidea puede incluir:
  • Cambios en el estilo de vida
  • Medicamentos
  • Cirugía
  • Visitas de control
  • Terapias alternativas.
Cambios en el estilo de vida
He aquí algunas maneras en que usted puede cuidarse:
  • Mantenga un buen equilibrio entre el descanso y el ejercicio
  • Cuide sus articulaciones
  • Reduzca el estrés
  • Consuma una dieta saludable.
Medicamentos
La mayoría de las personas que tienen artritis reumatoidea toman medicamentos. Estos pueden usarse para aliviar el dolor, reducir la hinchazón y para prevenir que la enfermedad empeore. Lo que el médico receta depende de:
  • La salud general de la persona
  • La gravedad de la artritis reumatoidea
  • La posibilidad de que la enfermedad evolucione a una forma más grave de artritis reumatoidea
  • Por cuánto tiempo la persona tomará el medicamento
  • La eficacia del medicamento
  • Los posibles efectos secundarios.
Cirugía
Existen muchos tipos de cirugía para las personas con daños graves en las articulaciones. La cirugía se usa para:
  • Reducir el dolor
  • Ayudar a que la articulación funcione mejor
  • Ayudar a las personas a llevar a cabo sus actividades diarias.
La cirugía no es para todo el mundo. Consulte con el médico acerca de esta opción.
Visitas de control
Las visitas de control son importantes porque el médico puede:
  • Ver si la enfermedad empeora
  • Ver si los medicamentos están ayudando
  • Ver si los medicamentos causan algún efecto secundario
  • Cambiar el tratamiento cuando sea necesario.
El tratamiento puede incluir análisis de sangre, de orina, otros análisis de laboratorio y radiografías.
Terapias alternativas
A veces se sugieren dietas especiales, vitaminas y otras terapias alternativas para el tratamiento de la artritis reumatoidea. Algunas terapias ayudan a reducir el estrés.
La mayoría de estos tratamientos son inocuos, pero puede que no se hayan evaluado lo suficiente o que en realidad no tengan ningún beneficio.
Debe consultar con el médico antes de comenzar una terapia alternativa. Si el médico piensa que la terapia puede ayudar y no es peligrosa, ésta puede llegar a formar parte del tratamiento regular.

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